Descripción
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EL MÁGICO PODER DE LA RESILIENCIA
La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad. Esta novela nos invita a reflexionar sobre la fuerza interior que tenemos los seres vivos para afrontar momentos difíciles. Las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés y soportan mejor la presión. Esto les permite una mayor capacidad para afrontar los retos.
La capacidad de resiliencia se prueba en situaciones extremas, por la pérdida inesperada de un ser querido, soportar el maltrato o un abuso psíquico o físico, por enfermedades, debido al olvido o abandono afectivo, el fracaso emocional, laboral y económico, las catástrofes naturales o la pobreza extrema, son solo algunas causas que pueden provocar en nosotros la necesidad de resurgir como el ave Fénix.
La resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso que afecta nuestro entorno.
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LA HISTORIA
T2S1 nos narra la historia de dos grandes amigos que debido a la adversidad tienen que vivir una situación extrema, Globo Blanco nos muestra el lado obscuro de la depresión, el bullying y la falta de empatía que son males de la sociedad actual y como pueden llegar a provocar que una persona tome una decisión fatal.
Globo Blanco es una novela llena de magia y aventuras, que demuestra lo frágiles que somos los seres humanos pero gracias al poder de la resiliencia se puede superar cualquier situación.
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LOS PERSONAJES
La historia de Globo Blanco gira en torno a la magia, el ocultismo, los excesos y el valor de la amistad. El personaje principal nos describe detalladamente los acontecimientos a través del tiempo y lo acompañan en esta aventura una familia singular y unos amigos solidarios que lo ayudan a superar su duelo a través del amor y la comprensión.
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LOCACIÓN
Globo Blanco es una historia que se desarrolla en la Ciudad de México, Playa del Carmen, La Habana, Londres, Lisboa, NYC y un crucero en el Mediterráneo.
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UN THRILLER LLENO DE AVENTURAS
Las horas anteriores habían sido una pesadilla entre el interrogatorio inicial con la policía, la declaración ante el Ministerio Público y la llamada que tuve que hacer a esas horas de la madrugada a Miami para explicarle a Ana que su hijo había muerto y que tenía que venir a México. Duró cinco horas el interrogatorio ante la autoridad por haber entrado al departamento sin importar la advertencia del portero del edificio quien no dudó en aclararme que, si yo entraba y tocaba el cuerpo, sería bajo mi propio riesgo.
