Tico

Tico con sus casi dos metros de estatura y su singular presencia entre sus genes corría sangre alemana y oaxaqueña, mi querido amigo me sonrió me abrazo y después tomándome de los hombros se puso a platicar conmigo con total honestidad y me dio a entender con sutiles palabras que sí, que mi mamá tenía razón, cerro con una frase que se me quedo grabada, “Amiguito, cambia por tu bien, yo prefiero perder a un buen cliente que a un buen amigo”.