TITA

Mi abuela y yo nos habíamos vuelto inseparables, esos sábados que pasábamos juntos las ocupábamos para jugar damas chinas, memoria, acertijos, palillos chinos, ahorcado, es más en una ocasión hasta nos pusimos a jugar canicas que es todo un clásico y se juega desde la época de los romanos, algunas veces ella se ponía a trabajar un rato y yo me volvía en su asistente, mi abuela trabajaba como profesora de Español y Literatura Hispanoamericana, aprovechaba los sábados para revisar tareas, calificar exámenes o preparar algún reporte para el Magisterio.